La odontología deportiva se ocupa de la prevención, tratamiento y difusión de información de lesiones orofaciales relacionadas con el deporte.
Esta área ha tomado auge en los últimos años en países donde las actividades deportivas tienen una importancia relevante, a tal punto que existen instituciones y departamentos en las facultades de odontología que tratan el diagnostico, la incidencia, el manejo y prevención de traumas e injurias odontológicas, en los atletas. Estos, ya sean amateurs o profesionales, dedican muchas horas semanales al perfeccionamiento de sus cuerpos para lograr mejor rendimiento en su especialidad ya sea en el aspecto atlético como en un correcto funcionamiento de su aparato circulatorio, respiratorio, muscular, etc., y con el apoyo de entrenadores y médicos, sin olvidar los nutricionistas y dietistas que colaboran con la alimentación del deportista, pero hay un área que se olvidan y que es el de la salud bucodental, ya que es una grave complicación cuando el deportista sufre alguna alteración, como un absceso o un flemón, ya que se pierden días enteros y a veces semanas en su solución, sin contar la desconcentración que genera un dolor de muelas durante un entrenamiento o una competencia. Con una boca sana, el cuerpo funciona mejor y más eficazmente y puede ayudar al deportista a dar lo mejor de si mismo.
Actualmente se están investigando nuevas relaciones entre el deporte y la odontología.Según un estudio reciente, un atleta con los terceros molares o muelas de juicio retenidos, tiene cuatro veces más probabilidades de sufrir una fractura de mandíbula durante el desarrollo de una competencia.También se está estudiando si a los nadadores que pasan muchas horas en el agua con cloro puede perjudicar el esmalte dentario o a los atletas que ingieren bebidas azucaradas para deportistas tienen mayor incidencia de caries. En mayo del 2000, la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional distribuyó entre los participantes de las Olimpíadas de Sydney, Australia, una guía sobre la importancia de una buena higiene dental para mejorar el rendimiento deportivo.En ella se detalla textualmente: “en diversas ocasiones, coincidiendo con los juegos Olímpicos o con importantes campeonatos, se han efectuado revisiones bucodentales a los participantes.Aunque obviamente los atletas que asisten a esos eventos han alcanzado el grado más alto en el desarrollo y acondicionamiento físico, en muchos casos el estado de sus bocas es igual o inferior al nivel medio de la población general.” Esta situación obedece a varios motivos: en primer lugar los tratamientos odontológicos no figuran en el ajustado presupuesto del deportista. Si bien hay países y federaciones que brindan ayuda, no son muchos los atletas que disponen de una beca o un seguro que les cubra este tipo de atención y en segundo lugar es probable que los atletas no hayan sido debidamente informados acerca de la importancia de la salud bucal para lograr un máximo rendimiento en su actividad deportiva.
Es muy importante poder despertar la atención de los clubes para lograr que en sus divisiones inferiores se pueda lograr una correcta campaña de prevención por parte del odontólogo y que el profesional esté integrado al cuerpo médico de las instituciones deportivas. La salud física y bucal es primordial para el buen rendimiento de todo deportista. Está comprobado científicamente que muchas lesiones articulares y musculares son consecuencia de focos infecciosos dentarios.En odontología se entiende por focos sépticos dentarios a aquellos que se localizan en los ápices de las raíces de las piezas dentarias y zonas vecinas causadas por caries llamadas penetrantes (o sea que pasan al nervio) y llegan a la raíz.Además se encuentran las lesiones periodontales (o "piorrea") que afectan las encías y a los tejidos de soporte de los dientes.En el deportista este concepto es de suma importancia porque la sangre los deposita selectivamente en músculos y articulaciones provocando desgarros crónicos, dolores articulares, lesiones tendinosas, etc. Un ejemplo claro es el de Diego Maradona, ya que en sus comienzos sufría constantes desgarros por su deterioro bucal.
Una pieza dentaria con salud gingival tiene mas soporte ante un impacto, que otra con enfermedad en las encías.La ausencia de piezas dentarias trae además otras consecuencias importantes a considerar: la digestión comienza en la boca, aquellos deportistas que le faltan piezas dentarias y no son remplazadas por medio de prótesis, no trituran bien el alimento, sometiendo al estómago a una función que no le es propia, por lo tanto habrá mala nutrición y desventaja en la alta competencia.Por consiguiente, la mala nutrición, la salud deficiente, trae aparejado una disminución en lo físico y desventajas en la competición, por lo cual todo deportista debería tener en cuenta el concepto de boca sana.
Maniobras recomendadas para salvar una pieza dentaria que ha sido expulsada fuera de la boca traumaticamente :
PRIMERO: Tomar el diente por su corona sin tocar la raíz.
SEGUNDO: Lavar la raíz con agua.
TERCERO: Reinsertar el diente en su lugar con una leve presión con los dedos.
CUARTO: Hacer morder una gasa al paciente.
QUINTO: Buscar al odontólogo más cercano.
Si no es posible realizar este procedimiento lo mejor es tomar al diente por la corona, no tocar la raíz, guardarlo en un medio húmedo (leche o gatorade) y buscar al odontólogo más cercano.
Para que esto ocurra es indispensable implementar campañas de información a la comunidad y que los profesionales no odontólogos que trabajan cerca de los deportistas conozcan como actuar frente a una pieza dentaria expulsada traumáticamente de la cavidad bucal.
Al diente expulsado no hay que envolverlo nunca en gasa ni en papel tissue porque de esa manera se puede perjudicar al ligamento periodontal, que se encuentra rodeando la raíz.
La demora en la reimplantación y una inadecuada manipulación de la pieza dentaria pone en riesgo su futuro.
Protectores bucales
Es muy importante la utilización de protectores bucales en todos aquellos deportistas que practican alguna disciplina de contacto como el boxeo, rugby, hockey, fútbol, artes marciales, ski, etc.
Existen diversas variedades de protectores bucales pero no todos proporcionan el mismo nivel de protección, pudiendo incluso ser peligroso para el deportista. Cuando un protector bucal tiene insuficiente protección oclusal, predispone al atleta a padecer una fractura mandibular ante un fuerte golpe en la mandíbula. Teóricamente un protector bucal debidamente ajustado debe ser protector, confortable, elástico, resistente al desgarro, inodoro, insípido, no debiendo interferir con el habla.Comúnmente se agrupan en 3 tipos: o Tipo 1: protectores estándar, sin prescripción odontológica, diseñados para ser usados sin modificación alguna. o Tipo 2: disponibles comercialmente. Elaborados con materiales termoplásticos. Se sumergen en agua caliente y es el atleta el que los conforma empleando presión al morder, con los dedos o la lengua. o Tipo 3: confeccionado por el odontólogo, mediante tomas de impresión. Los protectores tipo 1 y 2 muestran, respecto a los tipo 3, poca retención y un gran volumen; lo que trae aparejado mayores dificultades para el atleta a la hora de su uso. Mientras que los protectores bucales indicados y elaborados por el odontólogo permiten tener en cuenta varios factores, como, el debido ajuste del mismo, diseño apropiado para el deporte que practica el paciente, historial previo de traumatismos dentales, protección adicional en ciertas áreas, etc., además de cumplir con los requisitos de protección establecidos por todas las Federaciones Deportivas Internacionales.
CONCLUSIONES
La información y recomendación para que los atletas empleen protectores bucales apropiados es crucial. El modo más efectivo de reducir las lesiones orofaciales es minimizando la fuerza del impacto sobre el atleta.
El empleo de protectores de baja calidad aumenta las posibilidades de fractura de la mandíbula después de un impacto. Es importante hacer entender a los deportistas la importancia tanto de, acudir a exámenes regulares (mínimo una vez por temporada), como de la necesidad de ajustes o sustitución de su protector bucal si fuera necesario. La información acerca de los beneficios de estos dispositivos, dirigida a grupos deportivos, atletas, profesores, entrenadores, preparadores físicos, sería beneficiosa de cara a extender la aceptación y uso de los protectores bucales en la práctica deportiva. Existe una necesidad obvia de evitar que los deportistas continúen usando protectores bucales no individualizados, ya que no proporcionan la oclusión adecuada que es precisa para prevenir los posibles riesgos.
Actualmente se están investigando nuevas relaciones entre el deporte y la odontología.Según un estudio reciente, un atleta con los terceros molares o muelas de juicio retenidos, tiene cuatro veces más probabilidades de sufrir una fractura de mandíbula durante el desarrollo de una competencia.También se está estudiando si a los nadadores que pasan muchas horas en el agua con cloro puede perjudicar el esmalte dentario o a los atletas que ingieren bebidas azucaradas para deportistas tienen mayor incidencia de caries. En mayo del 2000, la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional distribuyó entre los participantes de las Olimpíadas de Sydney, Australia, una guía sobre la importancia de una buena higiene dental para mejorar el rendimiento deportivo.En ella se detalla textualmente: “en diversas ocasiones, coincidiendo con los juegos Olímpicos o con importantes campeonatos, se han efectuado revisiones bucodentales a los participantes.Aunque obviamente los atletas que asisten a esos eventos han alcanzado el grado más alto en el desarrollo y acondicionamiento físico, en muchos casos el estado de sus bocas es igual o inferior al nivel medio de la población general.” Esta situación obedece a varios motivos: en primer lugar los tratamientos odontológicos no figuran en el ajustado presupuesto del deportista. Si bien hay países y federaciones que brindan ayuda, no son muchos los atletas que disponen de una beca o un seguro que les cubra este tipo de atención y en segundo lugar es probable que los atletas no hayan sido debidamente informados acerca de la importancia de la salud bucal para lograr un máximo rendimiento en su actividad deportiva.
Es muy importante poder despertar la atención de los clubes para lograr que en sus divisiones inferiores se pueda lograr una correcta campaña de prevención por parte del odontólogo y que el profesional esté integrado al cuerpo médico de las instituciones deportivas. La salud física y bucal es primordial para el buen rendimiento de todo deportista. Está comprobado científicamente que muchas lesiones articulares y musculares son consecuencia de focos infecciosos dentarios.En odontología se entiende por focos sépticos dentarios a aquellos que se localizan en los ápices de las raíces de las piezas dentarias y zonas vecinas causadas por caries llamadas penetrantes (o sea que pasan al nervio) y llegan a la raíz.Además se encuentran las lesiones periodontales (o "piorrea") que afectan las encías y a los tejidos de soporte de los dientes.En el deportista este concepto es de suma importancia porque la sangre los deposita selectivamente en músculos y articulaciones provocando desgarros crónicos, dolores articulares, lesiones tendinosas, etc. Un ejemplo claro es el de Diego Maradona, ya que en sus comienzos sufría constantes desgarros por su deterioro bucal.
Una pieza dentaria con salud gingival tiene mas soporte ante un impacto, que otra con enfermedad en las encías.La ausencia de piezas dentarias trae además otras consecuencias importantes a considerar: la digestión comienza en la boca, aquellos deportistas que le faltan piezas dentarias y no son remplazadas por medio de prótesis, no trituran bien el alimento, sometiendo al estómago a una función que no le es propia, por lo tanto habrá mala nutrición y desventaja en la alta competencia.Por consiguiente, la mala nutrición, la salud deficiente, trae aparejado una disminución en lo físico y desventajas en la competición, por lo cual todo deportista debería tener en cuenta el concepto de boca sana.
Maniobras recomendadas para salvar una pieza dentaria que ha sido expulsada fuera de la boca traumaticamente :
PRIMERO: Tomar el diente por su corona sin tocar la raíz.
SEGUNDO: Lavar la raíz con agua.
TERCERO: Reinsertar el diente en su lugar con una leve presión con los dedos.
CUARTO: Hacer morder una gasa al paciente.
QUINTO: Buscar al odontólogo más cercano.
Si no es posible realizar este procedimiento lo mejor es tomar al diente por la corona, no tocar la raíz, guardarlo en un medio húmedo (leche o gatorade) y buscar al odontólogo más cercano.
Para que esto ocurra es indispensable implementar campañas de información a la comunidad y que los profesionales no odontólogos que trabajan cerca de los deportistas conozcan como actuar frente a una pieza dentaria expulsada traumáticamente de la cavidad bucal.
Al diente expulsado no hay que envolverlo nunca en gasa ni en papel tissue porque de esa manera se puede perjudicar al ligamento periodontal, que se encuentra rodeando la raíz.
La demora en la reimplantación y una inadecuada manipulación de la pieza dentaria pone en riesgo su futuro.
Protectores bucales
Es muy importante la utilización de protectores bucales en todos aquellos deportistas que practican alguna disciplina de contacto como el boxeo, rugby, hockey, fútbol, artes marciales, ski, etc.
Existen diversas variedades de protectores bucales pero no todos proporcionan el mismo nivel de protección, pudiendo incluso ser peligroso para el deportista. Cuando un protector bucal tiene insuficiente protección oclusal, predispone al atleta a padecer una fractura mandibular ante un fuerte golpe en la mandíbula. Teóricamente un protector bucal debidamente ajustado debe ser protector, confortable, elástico, resistente al desgarro, inodoro, insípido, no debiendo interferir con el habla.Comúnmente se agrupan en 3 tipos: o Tipo 1: protectores estándar, sin prescripción odontológica, diseñados para ser usados sin modificación alguna. o Tipo 2: disponibles comercialmente. Elaborados con materiales termoplásticos. Se sumergen en agua caliente y es el atleta el que los conforma empleando presión al morder, con los dedos o la lengua. o Tipo 3: confeccionado por el odontólogo, mediante tomas de impresión. Los protectores tipo 1 y 2 muestran, respecto a los tipo 3, poca retención y un gran volumen; lo que trae aparejado mayores dificultades para el atleta a la hora de su uso. Mientras que los protectores bucales indicados y elaborados por el odontólogo permiten tener en cuenta varios factores, como, el debido ajuste del mismo, diseño apropiado para el deporte que practica el paciente, historial previo de traumatismos dentales, protección adicional en ciertas áreas, etc., además de cumplir con los requisitos de protección establecidos por todas las Federaciones Deportivas Internacionales.
CONCLUSIONES
La información y recomendación para que los atletas empleen protectores bucales apropiados es crucial. El modo más efectivo de reducir las lesiones orofaciales es minimizando la fuerza del impacto sobre el atleta.
El empleo de protectores de baja calidad aumenta las posibilidades de fractura de la mandíbula después de un impacto. Es importante hacer entender a los deportistas la importancia tanto de, acudir a exámenes regulares (mínimo una vez por temporada), como de la necesidad de ajustes o sustitución de su protector bucal si fuera necesario. La información acerca de los beneficios de estos dispositivos, dirigida a grupos deportivos, atletas, profesores, entrenadores, preparadores físicos, sería beneficiosa de cara a extender la aceptación y uso de los protectores bucales en la práctica deportiva. Existe una necesidad obvia de evitar que los deportistas continúen usando protectores bucales no individualizados, ya que no proporcionan la oclusión adecuada que es precisa para prevenir los posibles riesgos.